Acrílico sobre lienzo, 92 x 73 cm.
Siempre he preferido el óleo sobre cualquier otro material pictórico. Me parece la técnica más versátil, más manejable, la que ofrece mayor riqueza de color y la que muestra unas calidades más atractivas.
Por el contrario, el acrílico, aunque tiene algunas ventajas como la facilidad de limpieza y la rapidez de secado (esto a veces puede ser una desventaja), para mi tiene algunos inconvenientes importantes: me resulta más difícil ajustar con precisión el color, me obliga a pintar más rápido, tiene un acabado "plasticoso" muy diferente a la calidad del óleo y es difícil realizar empastes que dejen la marca del pincel.
Sin embargo este último cuadro lo he pintado exclusivamente utilizando pintura acrílica, pero lo he hecho con la intención de acercarme lo máximo posible a mi forma de trabajar con el óleo e intentar conseguir calidades parecidas. Para ello he utilizado medium brillante para diluir el color en lugar de solamente agua, de esa forma se obtiene una película de pintura fina y traslucida, pero rica y brillante y no apagada y mate como cuando se usa solo agua. El otro recurso fundamental que también he empleado ha sido el uso de la pasta de relieve para aumentar el grosor de la pintura y conseguir que se marque las pinceladas en los empastes.
El resultado final me ha parecido bastante convincente y probablemente seguiré usando acrílico exclusivamente en algun cuadro más.
Este es un dibujo previo de este paisaje.
Gráfito y lápices acuarelables sobre papel Guarro, 42 x 29,7 cm.
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